Enseñanza de segunda lengua: el problema de la metodología
Rodolfo Barbaste
“Hay
quienes postulan que las personas aprenden mejor con instrucción
diseñada para promover el aprendizaje explícito. Otros afirman que
las personas logran mejores resultados a través de métodos que
promueven el aprendizaje implícito”.1
La
metodología de la adquisición de segunda lengua (AL2) enfatiza la instrucción, o enseñanza, a partir
de la teoría lingüística, psicológica y la experiencia
profesional de los mismos profesores. Es el campo de batalla donde
las ideas, las corrientes se enfrentan finalmente con su destino.
Asimismo, es un área oscura y misteriosa donde los planes, los
proyectos y programas se pierden en aguas movedizas y pantanos
profundos sin dejar rastro.
“Los
expertos en sintaxis [lingüística teórica] reconocen que sólo han
analizado «fragmentos» de los lenguajes naturales, los expertos en
lingüística aplicada reconocen que dominan sólo parte de la
literatura teórica de la gramática, los profesores generalmente no
tienen tiempo de estudiar completamente el trabajo descriptivo de
toda la lingüística aplicada e incluso los mejores estudiantes de
idiomas generalmente no dominan todas las reglas que se les
presentan”.2
Hay 3 conceptos fundamentales en
metodología que es necesario definir desde un principio: enfoque,
método y técnica. Enfoque se entiende como los axiomas o principios
acerca de la naturaleza del aprendizaje/enseñanza. Método es un
plan general de presentación de un lenguaje a partir de un enfoque.
Finalmente técnica se entiende como la aplicación de actividades
especificas de clase, consistentes con un método. En este estudio
vamos a utilizar el concepto de enfoque principalmente, aunque en la
práctica el término es intercambiable con el de método:
“Para
la mayoría de los investigadores y profesores en ejercicio un método
es un conjunto de técnicas de clase teoréticamente unificadas
generalizables a través de una amplia variedad de contextos y
alumnos”.3
El aspecto más
importante de la metodología de AL2 es la gran cantidad de métodos
diferentes y antagónicos que han surgido y continúan surgiendo. La
razón de esta gran variedad y sobre todo falta de coherencia tiene
que ver con la idea de llegar a una formula universal, una especie de
terapia final (la analogía con la terapia de hecho es muy
recurrente, entre otras cosas por su característica de panacea a
pesar de la variedad).
“(…)
nuestra preocupación por los métodos [ha sido] muy improductiva y
errática, al buscar en vano el método definitivo que sirviera como
la respuesta final”.4
Esta búsqueda se
expresa en la gran cantidad de métodos que surgieron sobre todo en
la década de los 70 y 80, después de que tanto en educación,
psicología y lingüística se produjera la “revolución”
política, cognitiva y filosófica que dejaba atrás los enfoques
“tradicionales” basados en los principios científicos del
empirismo y conductismo. Sin embargo, ningún método dio los frutos
esperados, así como ninguna terapia ha logrado establecerse como la
definitiva. Tanto la historia de la psicología como de la
metodología en AL2 dan la impresión de una sucesión de modas y
tendencias sin ningún progreso tangible. Si hay evidencia es de
fracaso, o de ausencia de verificación de avance.
De acuerdo a D. Brown,
hay 4 razones principales que explican el fracaso de los métodos:
“1. Los métodos son
demasiado prescriptivos; asumen demasiadas cosas acerca de un
contexto antes de que el contexto haya sido de hecho identificado.
Por lo tanto sobre generalizan su aplicación potencial en
situaciones practicas.
“2. Generalmente, los
métodos se distinguen claramente en las primeras etapas de un curso;
sin embargo hacia el final del curso son todos más o menos lo mismo.
“3. Se pensó en algún
momento que los métodos podían ser evaluados empíricamente a
través de la cuantificación científica para determinar cual era el
“mejor”. Ahora hemos descubierto que algo tan artesanal e
intuitivo como la pedagogía del lenguaje no puede nunca ser
verificada tan claramente por medio de la validación empírica.
“4. Los métodos están
cargados de (…) “conocimiento interesado”: las agendas
cuasi-políticas o mercenarias de sus proponentes. (…)”5
Pese a la abundancia de
enfoques y panaceas, en la historia de la metodología han dominado
dos tendencias: el Método Audio Lingual (MA) y el Enfoque
Comunicativo (EC). Este último es el modelo oficial predominante en
la actualidad. El Enfoque Léxico (EL) surge como una variante del
EC, llevando los principios comunicativos aún más lejos.
EL
ENFOQUE COMUNICATIVO (EC)
El
EC surge a finales de los años ochenta del siglo XX, después de un
periodo de anarquía y experimentación que no produjo avances, entre
otras razones porque se diseñaban como terapias estrictas con
recetas y técnicas bastante inusuales. El EC se abre paso en esta
maraña debido a su naturaleza flexible (o ambigua) y abarcadora,
abierta a diferentes estilos y técnicas, incluso aquellas que se
supone en contra: la tradicional clase basada en gramática,
pronunciación y comprensión de lectura. Este nuevo enfoque nos dice
que la gente tiene que usar el lenguaje en un entorno comunicativo,
tiene que desarrollar la fluidez comunicativa, la capacidad de
interactuar en el idioma que se aprende con hablantes nativos. El
principio que subyace se denomina Competencia Comunicativa, que
consiste en el conocimiento de las reglas (pragmáticas) que
sostienen la interacción comunicativa en una sociedad o cultura
especifica.
“Los
proponentes del EC establecieron a través de convincentes criticas
la inadecuación de la teoría lingüística y pedagógica que
subyace a los enfoques gramaticales. Se le describe a menudo como un
enfoque “de principios”. El EC era un intento de operacionalizar
el concepto de competencia comunicativa y aplicarla en todos los
niveles de diseño de programa de lenguaje, desde la teoría al
diseño de programas a las técnicas de enseñanza. Sus proponentes,
sin embargo, nunca se sintieron obligados a demostrar ninguna clase
de evidencia de que el aprendizaje fuera más exitoso si los métodos
de enseñanza y materiales “comunicativos” se adoptaran. La
propia teoría era considerada suficiente para justificar el
enfoque”.6
Un antecesor del EC fue el programa
nocional-funcional, que se usa para diseñar los programas
educacionales (syllabus). Las “nociones” son generales y
específicas: las nociones generales corresponden a conceptos
abstractos (la existencia, el tiempo, el espacio); son dominios en
los cuales usamos el lenguaje para expresar ideas y sentimientos. Las
nociones específicas tienen que ver con el contexto o la situación
en el cual las personas se comunican. “Función” se define como
la intención concreta del hablante en un contexto determinado, en
términos de acciones: identificarse, contar, hablar, etc. Si tenemos
por ejemplo la noción “cumpleaños” la función del hablante
puede ser buscar, elegir y comprar un regalo, cantar, saludar, etc. A
través del programa nocional-funcional se da el primer paso hacia la
competencia comunicativa, a pesar de que al ser un programa (una
serie de unidades a enseñar), no específicamente un método o un
enfoque, conlleva el peligro de ser usado de la misma forma que el
programa estructural con un cambio más bien de fachada, “(…)
un lobo estructural con piel de oveja nocional-funcional”.7
El EC considera el
proceso de aprendizaje efectivo de acuerdo a los siguientes
principios:
- Interacción entre el alumno y los usuarios del lenguaje
- creación colaborativa del significado
- crear interacción significativa y propositiva a través del lenguaje
- negociación de significado para que el estudiante y su interlocutor lleguen al entendimiento
- aprendizaje a través de prestar atención a la retroalimentación que los estudiantes obtienen al usar el idioma
- prestar atención al lenguaje que uno oye (el input) y tratar de incorporar nuevas formas a la propia competencia comunicativa
- probar y experimentar diferentes formas de decir las cosas8
La distinción entre un enfoque de
principios (propio del EC) y un enfoque científico (propio del MA)
es interesante por un aspecto fundamental: como se evalúan
comparativamente. Un enfoque científico se basa en resultados (la
clásica imagen de la “caja negra”: solo interesa lo que sale, el
dato tangible); en cambio un enfoque basado en principios tiene poco
interés en verificar en la práctica los resultados de su acción.
Si uno actúa por principio las consecuencias son irrelevantes.
En su implementación
más moderada (su versión débil), el EC sugiere diseñar la clase
en base a las 4 habilidades tradicionales: comprensión auditiva y
lectora, hablar y escribir. Una típica clase comunicativa divide la
clase entre actividades expositivas y espontaneas, en L2. Hay 3 tipos
de practicas de sala: mecánica (gramatical, controlada),
significativa (menos controlada, más en contexto) y comunicativa
(espontanea, no controlada), lo que se acerca bastante al diseño PPP
(presentación, practica, producción) que se considera generalmente
de inspiración conductista. Estos diseños de clase limitan
considerablemente la profundidad de todos los temas y áreas del
idioma que los profesores pueden aplicar en una hora o menos de
clase, y también limita la oportunidad de los alumnos de hacer
preguntas o involucrarse en conversaciones o debates con la extensión
en el tiempo necesaria. Se convierte en un método de “muestras”,
que pretende abarcar todos los aspectos del lenguaje en una clase y
deja insatisfechos tanto a profesores como alumnos.
Por
ser el EC un conjunto de metodologías desde sus inicios, (lo que se
denomina “paraguas”; es decir que abarca muchos componentes
disímiles o contrapuestos), su vaguedad hace que los profesores y
autoridades proclamen su fidelidad sin de verdad implementar los
principios comunicativos en el aula, ni supervisar ni capacitar
adecuadamente a los profesores para desempeñarse en la forma que
esta nueva visión necesita, sobre todo en el asunto que tiene que
ver con desarmar la clase expositiva y bajar el tiempo que el
profesor habla durante la clase. Este fenómeno se denomina lip
service (“de la boca para
afuera”)
Dos de los métodos más
frecuentemente utilizados dentro del EC son Task-based
language teaching
y Content-based
instruction
(CBI). El primero tiene que ver con el uso de “tareas” (tasks)
que sirven para facilitar la comunicación y la interacción
significativa; el segundo se basa en contenidos focalizados en el
mundo real y la comprensión y comunicación de información a través
del lenguaje.9
Una
tarea es una actividad que los alumnos llevan a cabo usando sus
recursos lingüísticos y que debe finalizar en un resultado real.
Ejemplos de tareas son participar en un juego, resolver un problema,
o compartir y comparar experiencias. El CBI se dedica a usar
contenido en vez de tareas como vehiculo para desarrollar habilidades
lingüísticas. La idea es proveer no solo un valioso conocimiento
del mundo real sino también suministrar la base de una pedagogía
basada en el significado que vaya más allá de estudiar el lenguaje
divorciado del contexto de su uso. Se desarrolla en base a proyectos,
que en contraste con las tareas implica una duración mayor en el
tiempo y se vincula más estrechamente con los contenidos
programáticos.10
EL
ENFOQUE LÉXICO (EL)
A
pesar de su popularidad en muchos departamentos de metodología y
entre autores y profesores, claramente no hay ninguna experiencia por
lo menos en América Latina o en Chile en que se hay tratado de
implementar esta metodología. EL puede ser considerado parte del
movimiento comunicativo en cuanto es anti-gramatical; sin embargo su
fundamento es más técnico en el sentido de que significa un cambio
en la teoría del lenguaje: ya no se concibe el lenguaje como
partiendo de reglas gramaticales para llegar a formar oraciones (el
modelo aristotélico de teoría-practica) sino como un sistema de
convenciones léxicas a partir de patrones no analizables (no
sintácticos) que deben ser asimilados como un todo o como bloques
léxicos (chunks)
de palabras que siempre o casi siempre van unidos. Esta concepción
cambia completamente no solo la perspectiva del lenguaje sino la
forma en que se debe aprender y enseñar.
El
eje de la enseñanza del L2 se centra en la adquisición de
vocabulario y de estructuras especificas y explicitas, sin recurrir a
análisis abstractos (metalingüísticos, tanto la gramática como
funciones pragmáticas). La idea es que el lenguaje sobre todo en la
infancia (periodo crítico), parte y se desarrolla con la percepción
directa de la relación entre las unidades lingüísticas (palabras,
frases, oraciones, expresiones) y la realidad, tanto física como
social, y que cualquier instrucción abstracta implica un obstáculo
al aprendizaje. Lo concreto está directamente relacionado con el
mundo de la experiencia del niño, y al contrario lo abstracto tiene
que ver con un desarrollo posterior de habilidades cognitivas que son
importantes pero que no pertenecen al área de la adquisición de
lenguajes. Incluso es la misma ciencia cognitiva (semántica
cognitiva) la que ha planteado la idea de que la conceptualización
abstracta se desarrolla como analogía a partir del mundo concreto,
tomando prestado el lenguaje y por tanto estructurando el pensamiento
a partir de la percepción concreta, no constituyendo en el fondo
mundo lógico separado del mundo real.
Podríamos
ejemplificar esta dificultad estableciendo una analogía: la
estructura del lenguaje con la lógica y la función pragmática con
la poesía; aunque los dos sistemas son abstractos, por lo menos la
estructura/lógica es más objetiva, más asequible, más
estructurada; en cambio la pragmática/poesía es caótica,
subjetiva, lo que hace incluso más contraproducente su inclusión en
el proceso de aprendizaje.
“Sabemos
(…) que el vocabulario (o léxico) contiene mucho más significado
en un texto que la gramática. También hemos identificado el
concepto de significación, significado descontextualizado. Por lo
tanto es posible aprender palabras descontextualizadas, por ejemplo
relacionándolas con imágenes. En un cierto sentido esto no es una
actividad del mundo real, excepto en el mundo real del lenguaje de la
sala de clases. El enfoque léxico sugiere enfatizar la adquisición
de un amplio vocabulario por parte del alumno con mucha mayor
velocidad que en cualquier programa (syllabus)
tradicional”.11
El
concepto de bloques léxicos, frases léxicas, patrones y oraciones
prefabricadas que sirven a los hablantes para generar lenguaje sin
tener que pasar por una especie de conversión de un supuesto
conocimiento inconsciente a una estructura de superficie, tiene que
ver directamente con los descubrimientos recientes en neurociencia y
la relación entre la adquisición del lenguaje y la instrucción
social/ética convencional no-analítica, y por tanto de tipo
emocional no racional, lo que da más fuerza al principio del periodo
crítico. Esto es lo que nos ayuda a hablar con fluidez desde la
infancia: si tuviéramos que analizar lo que vamos a decir antes de
decirlo no podríamos alcanzar la fluidez y es lo que le pasa a
muchos alumnos de L2 que parten de las estructuras gramaticales en
abstracto.
El
valor comunicativo que tiene el léxico es puede expresar de la
siguiente forma: uno se puede comunicar solo con palabras aisladas
sin estructura o con estructuras incorrectas (Tarzan
speech,
“hablar
como Tarzán”; es decir sin conjugar correctamente los verbos,
entre otros) pero no con estructuras correctas sin vocabulario. Si
quiero darme a entender en un país extranjero y no conozco el
lenguaje, por ejemplo puedo simplemente emitir palabras o frases:
food,
hotel,
money,
five
dollars
(y no porque sean estructuras de superficie). Lo más importante es
que no son habilidades equivalentes: es prioritario el vocabulario
(conocimiento léxico); incluso algunos cursos de inglés hablan de
Survival
English,
es decir el mínimo para hacerme entender.12
EL
MÉTODO AUDIO LINGUAL (MA)
Este
enfoque de aprendizaje es similar al anterior método llamado el
Método Directo de Berlitz. Como el método directo, el MA recomienda
que los estudiantes aprendan un idioma directamente, sin utilizar la
lengua materna de los alumnos para explicar palabras nuevas o la
gramática en L2. Sin embargo, a diferencia del método directo, el
MA no se centra en la enseñanza de vocabulario. Por el contrario, el
profesor ejercita a los estudiantes en el uso de patrones de oración.
En el MA, no hay instrucción de gramática explícita, o se ofrece
una sucinta explicación o regla al principio de la actividad. La
idea es que los estudiantes practiquen la construcción particular
hasta que puedan utilizarla espontáneamente.
Los
ejercicios y la práctica de patrones son típicos del método audio
lingual. Estos incluyen:
- Repetición: el estudiante repite un enunciado tan pronto como lo oye
- Memorización de diálogos: los estudiantes practican diálogos repitiendo y cambiando de roles, individualmente con el profesor o en grupo dividiendo el curso en dos.
- Substitución: donde se sustituye una palabra, una frase, etc., por otra dentro de un patrón idéntico o similar.
- Parafraseo: el profesor enuncia una oración y el estudiante trata de decir lo mismo con una estructura o vocabulario diferente.
- Construcción en reversa (expansión): cuando se producen errores o los estudiantes encuentran dificultades en enunciar una oración, el profesor “desarma” la oración en sus componentes y practica con el curso armando la oración componente por componente.
- Encadenamiento: el profesor le hace una pregunta a un alumno, que a su vez responde y a continuación le hace una pregunta similar a un compañero, y así sucesivamente hasta que todo el curso participa.13
Aunque hay diferentes
interpretaciones sobre su origen (la lingüística estructural, la
psicología conductista, el método oral de Fries), el MA fue
desarrollado durante la segunda guerra mundial, que creó la
necesidad de enviar un gran número de militares estadounidenses a
todo el mundo, con habilidades de comunicación verbal al menos
básicas. Como era de esperar, el nuevo método se basó en los
métodos científicos dominantes del momento, la observación y
repetición, que también fueron admirablemente adaptados a la
enseñanza en masa. Debido a la influencia de los militares, las
primeras versiones del método audio lingual se conocieron como el
"método del ejército".
Los
ejercicios repetitivos son parte fundamental de la instrucción de
infantes, en todas las áreas, y hacerlas de lado solo implica una
base deficiente, sobre todo en estas áreas. Un paralelo claro es la
música, sobre todo la interpretación de instrumentos como el piano,
el violín o la guitarra, que necesitan iniciarse lo antes posible y
una cantidad de práctica que podríamos calificar de infinita (es
decir, nunca es suficiente). La capacidad de los niños de practicar
una habilidad como un juego es lo que los ayuda a practicar con mucha
más dedicación que un adulto.
“El
método audio lingual se deriva de la investigación del aprendizaje
asociada con la psicología conductista. Estudios de laboratorio
habían mostrado que el aprendizaje se podría manipular contexto si
se identificaban 3 elementos: un estimulo, que sirve para elicitar la
conducta; una respuesta, provocada por el estimulo; y un refuerzo,
que sirve para marcar la respuesta como apropiada (o inapropiada) y
promueve la repetición (o supresión) de la respuesta en el futuro.
(…) AL se consideraba como un proceso de formación de hábitos y
en cual los patrones de L2 se presentaban para su memorización y
aprendizaje por medio de diálogos y ejercicios repetitivos
(drills)”.14
En general se define drilling
como ejercicio repetitivo exhaustivo:
“(…)
una actividad que practica una habilidad específica y a menudo
consiste en repetir lo mismo varias veces, especialmente en un
ejercicio militar destinado a entrenar a los soldados”.15
- “fijar algo en la mente o hábito, patrón de instrucciones repetitivas
- impartir o comunicarse por repetición
- ejercicios de instrucción militar
- participar en un ejercicio” 16
El MA en el cual se desarrolla el drilling
se basa en la idea de que todos los idiomas son diferentes unos de
otros, que no deben ser estudiados comparativamente (sin traducción
ni uso del L1 en clase) y que para asimilar las estructuras de un
idioma en particular en vez de memorizar reglas abstractas lo
importante es practicar patrones desde los más simples a los más
complejos en una secuencia gradual hasta crear un hábito (un
principio fundamental del conductismo). Esta práctica consiste sobre
todo en ejercicios de substitución:17
TABLA
6: EJERCICIO DE SUBSTITUCION
The
|
Pen
|
Is
|
On
|
The
|
Table
|
|
book
|
|
under
|
|
Chair
|
|
ruler
|
|
By
|
|
Desk
|
|
pencil
|
|
|
|
|
De hecho con este tipo
de ejercicios se pueden “generar” oraciones que sigan el mismo
patrón:
The
book is on the table
The
ruler is on the table
The
pencil is on the table
The
pen is under the table
The
book is under the table
The
ruler is under the table
The
pencil is under the table
The
pen is on the table
The
book is on the chair
The
ruler is on the chair
The
pencil is on the chair, etc.
Por lo tanto, tomando
una oración y un patrón podemos generar 4x3x3= 36.
Si analizamos los
principios fundamentales del MA podemos ver que muchos de estos
coinciden con lo que tanto alumnos como profesores creen en relación
con el idioma y el aprendizaje del L2:
- El lenguaje es habla, no escritura.
- Un lenguaje es un conjunto de hábitos.
- Hay que enseñar el lenguaje, no acerca del lenguaje.
- Un lenguaje es lo que los hablantes nativos dicen, no lo que alguien cree que deberían decir.
Como
suele suceder en esta área, la información que obtiene la mayoría
de los interesados proviene de sus contrincantes teóricos, que
muchas veces distorsionan tanto los objetivos como los argumentos.
Por ejemplo, Jack Richards, el autor quizás más citado con respecto
a metodología de AL2 confunde el método tradicional (clásico o
también conocido como de traducción) con el MA, que se postulaba
como en contraposición con el primero:
“[Los
métodos tradicionales] se basaban en la creencia de que se podía
aprender gramática a través de la instrucción directa y a través
de una metodología que hiciera uso extensivo de la práctica
repetitiva y drilling.
El enfoque de la enseñanza de la gramática era deductivo: a los
estudiantes se les presentan las reglas gramaticales y luego se les
da oportunidades para practicar el uso de ellas, en contraposición a
un enfoque inductivo en el que a los estudiantes se les dan ejemplos
de frases que contienen una regla de gramática y se les pide
encontrar la regla por sí mismos. Se suponía que el aprendizaje de
idiomas significaba la creación de un gran repertorio de frases y
patrones gramaticales y aprender a producir estas con exactitud y
rapidez en la situación adecuada. Una vez establecido un dominio
básico del idioma a través del drilling
oral y la práctica controlada, se iniciaban las cuatro habilidades,
generalmente en la secuencia de hablar, escuchar, leer y escribir.
Las técnicas que se emplean a menudo incluyen memorización de
diálogos, práctica de preguntas y respuestas, sustitución,
drilling
(...)”.19
Igualmente, se postula
en la mayoría de los textos que el drilling
ya paso de moda, y al mismo tiempo que nunca se ha dejado de usar en
las salas de clases:
“Pero
el drilling
existía en el aula, mucho antes de que Skinner y otros desarrollaran
sus teorías conductistas, y muchas actividades que son populares
ahora son realmente drilllings
disfrazados: juegos de adivinanzas, brechas de información,
prácticas de gramática personalizada, etc. (…) el valor principal
de las técnicas de drilling
radica en la oportunidad de llamar la atención de los estudiantes
hacia elementos del idioma. También ofrecen una oportunidad libre de
estrés para que los estudiantes practiquen los sonidos y ritmos de
un idioma extraño y escucharse a sí mismos diciendo algo. No puede
ser comunicación real, pero no todo el mundo quiere comunicarse todo
el tiempo. Hay una gran cantidad de juego no-comunicativo en la
adquisición del lenguaje materno (juegos como itsy-bitsy-spider
y canciones como ba-ba-black
sheep
en inglés) y este 'jugar' tiene un propósito lingüístico y
cognitivo. Mientras tengamos el objetivo del drilling claro en
nuestras mentes, también puede ser útil para nuestros
estudiantes”.20
La diferencia y la ventaja más importante
de los ejercicios de drilling
con respecto a los métodos actuales tiene que ver con la cantidad;
hoy en día lo que se observa en todos los textos de inglés e
incluso de gramática y fonética es una cantidad claramente
insuficiente de ejercicios, lo que incide negativamente no solo en la
asimilación de estructuras sino que impide cubrir casos ambiguos o
fronterizos, los que conscientemente se evaden en favor de una
especie de metodología de “muestra”. El resultado es una
deficiente preparación por parte de los profesores (el tema de
mezclar diferentes tipos de instrucción en una sesión de clases),
la posibilidad de utilizar profesores con deficiente preparación en
las materias, y la consiguiente frustración por parte de los
alumnos, especialmente aquellos que tienen mayor interés o dudas con
respecto a un tema. Tanto la gramática como la fonética (podríamos
decir en realidad todos los aspectos del lenguaje) tienen zonas
grises donde explicaciones simplistas son o totalmente erróneas o
tergiversan del tema en cuestión. Los profesores se ven presionados,
si es que manejan el tema, a ofrecer explicaciones a la rápida,
siempre con la excusa de que no hay tiempo para profundizar en el
tema. Esto refuerza el principio comunicativo de separar la
instrucción explicita de materias gramaticales y fonéticas
(orientadas a la corrección) de la clase de conversación (orientada
a la fluidez), lo que se ve agravado por la aplicación dogmática
del principio OE (Only English: solo inglés en clase), ya que es
obvio que no es posible explicar un asunto en principio complicado o
complejo en un idioma que los alumnos no manejan en cabalidad. Parece
que el sentido común es, como en tantas áreas del quehacer humano,
lo primero que se abandona.
Otra
de las características que se suele distorsionar acerca de este tipo
de instrucción es el hecho de que mucha gente, tanto nativos como
alumnos de L2, que pertenece a la generación que experimentó este
método tiene un recuerdo muy positivo del mismo; de hecho es la
experiencia de muchos de nosotros, que aprendimos y apreciamos estos
tipos de ejercicios y conservamos los textos originales o tratamos de
conseguirlos, los usamos en nuestras clases y obtuvimos respuestas
muy positivas de alumnos altamente motivados a desarrollar su nivel
de inglés más allá del curso o del programa en que se hayan
involucrados.
“Es
absolutamente falso dar la imagen de cursos antiguos como si se
hubieran concentrado completamente en la forma a expensas del
significado, o no enseñar funciones idiomáticas. Tengo frente a mí
una copia de un curso típico de estructuras básicas de la década
de 1960... El curso tiene muchos de los defectos típicos de los
libros de su generación (aunque nos pueden parecer peores a
nosotros, con nuestra retrospectiva aguda y prioridades diferentes,
de lo que les parecían a sus usuarios). Sin embargo, al final de la
lección 8, los estudiantes han obtenido formas perfectamente
adecuadas de realizar las siguientes funciones de lenguaje: saludo,
preguntar sobre la salud, despedirse, agradecer, lamentarse, obtener
y dar información, ofrecer, solicitar bienes y servicios,
identificarse, pedir información más precisa, confirmar lo que se
ha dicho, exhortar, identificar y nombrar, describir, narrar, dar
instrucciones informales, ponerse de acuerdo para llevar a cabo
instrucciones y solicitar información sobre planes. (…) No se
descartan las 'categorías semántico-gramaticales': los estudiantes
aprenden a hablar de lugar y dirección, para referirse a estados y
procesos, describir eventos pasados, presentes y futuros, expresar
conceptos relacionados con la cuantificación y así sucesivamente.
(En otras palabras, aprenden preposiciones, tiempos verbales, formas
singulares y plurales. Las estructuras tienen significados y los
cursos tradicionales generalmente los enseñan razonablemente). Y por
supuesto el libro ofrece proporciona un año de práctica léxica; se
enseñan palabras y expresiones, y los conceptos asociados en general
son expuestos claramente. Por último, el curso (como muchos de su
tipo) utiliza la categoría de significado de la situación como un
principio organizador. Aunque cada lección está diseñada para
enseñar un punto estructural específico, establece al mismo tiempo
el idioma que corresponde a una situación común. Este libro (como
cualquier libro de su generación) de hecho tiene un muy claro y
cuidadosamente elaborado programa semántico. Quizás hay razones
para no usar este libro hoy en día, pero no se le debe acusar de no
ocuparse debidamente del significado”.21
Los libros de texto que
se usaban en la Universidad de Chile son bastante populares aun,
especialmente los del autor Stannard Allen; su texto de gramática,
Living
English Structure,
ha sido siempre parte de las bibliotecas y se puede aún hoy
conseguir en librerías especializadas, en versiones para niños y
otros, y en apariencia modernizadas, aunque al interior se puede ver
que las ediciones son las mismas de hace más de 50 años. Los
ejercicios no son mecánicos en el sentido estricto, sino que
incluyen substitución. Por otro lado, aunque hay una explicación
gramatical, ésta es mínima, y como asimismo es típico de este
libro, se instruye a los alumnos a practicar la regla de los
sustantivos contables o incontables; sin embargo, hay una regla
derivada más difícil de manejar por parte de los alumnos, a saber,
e uso de los artículos, especialmente el articulo indefinido
singular. Aquí ya desde la primera página se experimentan incluso
los problemas de transferencia: en inglés es obligatorio el uso de
un “determinante” (artículos, adjetivos posesivos, etc.) antes
de un sustantivo contable singular, pero no se usa generalmente antes
de un sustantivo contable plural (cambia su significado) y es
incorrecto usarlo antes de un sustantivo incontable. Además se
practica el tiempo verbal presente simple y su elemento más difícil,
la tercera persona singular. Es precisamente la ausencia de
instrucción explicita exhaustiva, además de la cantidad de
ejercicios, lo que hace de este texto un instrumento casi inagotable
de práctica tanto en la sala de clases como en el hogar.
En
síntesis, tanto las teorías de AL2 como las diferentes metodologías
ofrecen respuestas a algunos problemas pero dejan interrogantes: el
método directo parece anteceder al MA no solo en su principio de
primacía del medio oral, sino en su principio de usar solo L2 en la
clase. Coincide con nuestra posición en cuanto al desarrollo de
vocabulario antes de las estructuras; sin embargo, en la práctica
no usar L1 hace del proceso de adquisición de miles de palabras una
tarea eterna. Muchos profesores que se enfrentan a este tipo de
instrucción hoy en día se ven obligados a dedicar una gran parte
del tiempo de clase en elicitar comprensión de vocabulario por parte
de los alumnos, tiempo que sería reducido al mínimo si simplemente
se tradujera o mejor aun, no se dedicara tiempo de clase sino a
practicar conversación.
Dos aspectos
fundamentales de AL2 no se toman en cuenta: la edad de los alumnos y
el tamaño de la clase. La comparación de metodologías debe partir
por estos elementos básicos: a quien se le enseña/quien está
aprendiendo (por lo menos en cuanto a la edad; podríamos extender
esta pregunta a distinciones socioeconómicas, culturales, de genero,
etc.), y a cuantos alumnos tiene que enfrentarse el profesor/con
cuantos compañeros van a repartirse el tiempo de clase los alumnos.
Estas son consideraciones prácticas que determinan el éxito o el
fracaso de cualquier teoría o metodología.
Tanto
el enfoque comunicativo como el enfoque léxico están pensados para
la enseñanza/aprendizaje de adultos; en cambio, el método audio
lingual puede ser implementado para distintas edades. A pesar de que
el Enfoque Natural de Krashen fue un precursor del Enfoque
Comunicativo tanto los principios de input
comprensible como de comunicación significativa solo tienen lugar
hablando de adultos; solo se plantea que L2 puede ser similar a L1
(asumiendo que los niños son siempre monolingües, idea que hemos
visto no se basa en la realidad).
“La
adquisición de lenguaje es muy similar al proceso que usan los niños
al adquirir L1 y L2”.22
En consecuencia, el EC
no se puede aplicar en la educación pública, no sólo por el
problema de la edad de los alumnos para los cuales fue diseñado,
sino también por la naturaleza propia de la educación pública.
Esto se expresa claramente por parte del Consejo Británico, que
incluso cita a Chile como un caso en que el EC no parece adecuado:
“EL
EC es un método que tiene sus orígenes en la enseñanza del inglés
como lengua extranjera para adultos en países occidentales donde los
cursos son pequeños y las salas de clase están bien equipadas.
Puede, por lo tanto, no ser apropiado para la enseñanza de niños
salas de clase atestadas, con pocos recursos y tradiciones educativas
muy diversas (…) Por otra parte, el método es muy a menudo
malentendido por los profesores, que probablemente han tenido poco o
nada de instrucción en sus principios teóricos y usos prácticos
(…) EC significa diversas cosas para diversos profesores (…) [que
consideran] que EC significa centrarse solamente en la fluidez y no
hacer caso de la corrección. También, la carencia de preparación
sistemática conduce a la incertidumbre y a la confusión sobre su
puesta en práctica. (…) problemas similares se presentan en la
puesta en práctica del enfoque más reciente [llamado] Task-Based
(TB) (…) el EC y el TB se ven a menudo como incompatibles con las
formas locales de aprender, o (…) las culturas de aprendizaje (…)
particularmente, su foco en el alumno se considera como inadecuado en
algunas culturas educativas. (…) La consecuencia de todos estos
factores es a menudo una brecha entre la política pedagógica y la
práctica de la sala de clase (…) la respuesta pragmática típica
de los profesores es la adopción de formas débiles de EC o de TB
(…) los profesores interpretan los enfoques según su contexto
local (…), con, por ejemplo, actividades comunicativas para
practicar ítemes discretos de la lengua. (…) Sin embargo, el EC no
es de ninguna manera universal en la enseñanza infantil de niños,
ni es visto como problema universal. Por ejemplo, (…) en la
políticas recientes del gobierno de Chile [2003] parece alejarse del
EC en el reconocimiento de lo inapropiado que resulta en el contexto
chileno, (…)”.23
Parece plausible
considerar el paradigma de los métodos como algo que debe ser
superado:
“A
pesar de la atracción de los métodos, su historia es bastante
embarazosa. Los estudios sobre la efectividad de métodos específicos
no han podido demostrar que sea el método y no otro factor, como el
entusiasmo del profesor o la novedad del método, la variable
crucial. Asimismo, observaciones de clases reportan que los
profesores casi nunca implementan los métodos que se supone tienen
que seguir. Al investigar las diferencias entre el enfoque
racionalista [comunicativo) y empirista [audio lingual], (…) un
problema constante es determinar si el profesor refleja la filosofía
subyacente al aplicar sus técnicas en la sala de clases. (…)
muchas de las distinciones metodológicas no existen en la
práctica”.24
Las denominaciones
metodológicas que se asignan a las actividades de clase no
suministran información, porque se refieren a un conjunto de
prácticas de sala que se usan de manera uniforme. Las diferencias
entre las metodologías principales se encuentran la jerarquía, el
orden, las prioridades que se asignan a las distintas tareas. Los
métodos, por lo tanto, parten de axiomas con respecto a la
naturaleza de la enseñanza que no se basan en estudios del proceso
de la misma.
“[Esto]
explica la dificultad que tienen los supervisores [coordinadores] en
reconocer el método que el profesor está usando. A pesar de esto,
el futuro de los métodos aún se ve auspicioso. En los últimos años
han aparecido numerosos métodos nuevos, y en las conferencias donde
se presentan, bandadas de profesores acuden para informarse del nuevo
súper método. Sin embargo, hay serias limitaciones al
conceptualizar la enseñanza en términos de métodos”.25
El problema básico es
que los métodos presentan un paquete predeterminado para los
profesores que incorpora una visión estática de la enseñanza. En
esta visión los roles de los profesores, de los alumnos y de las
actividades y procesos de enseñanza/aprendizaje son impuestos a
profesores y alumnos.
“Estudios
de situaciones de sala de clase (…) han demostrado que la enseñanza
no es estática ni fija en el tiempo sino un proceso dinámico e
interactivo en el que el “método” del profesor surge del proceso
de interacción entre el profesor, los alumnos y las actividades y
ejercicios de instrucción a lo largo del tiempo (…)”.26
La búsqueda de métodos
generales que sean apropiados para todos los profesores y todas las
situaciones de enseñanza reflejan una visión negativa de los
profesores, que implica que ya que la calidad de los profesores no se
puede garantizar, la contribución del profesor individual debe ser
minimizada diseñando métodos a prueba de profesores.
“El
axioma que subyace (…) es por lo tanto esencialmente la siguiente:
no se puede confiar en que los profesores enseñen bien. Si se los
deja a su propio albedrio, inevitablemente van a provocar un
desastre. Un método, al imponer un conjunto uniforme de roles,
estilos, estrategias y técnicas de enseñanza a los profesores, no
se verá afectado por las diferentes capacidades y estilos de
enseñanza individuales en el mundo real. (…) Los expertos que han
investigado la naturaleza de la enseñanza, sin embargo, proponen una
visión diferente (…). Comienzan con el axioma de que los
profesores (no los métodos) son los que marcan la diferencia; que
los profesores trabajan de formas que son, hasta un cierto límite,
independientes de los métodos; y que se pueden determinar las
características de la enseñanza efectiva. Otros investigadores se
dedican a los alumnos y buscan determinar lo que caracteriza al
aprendizaje efectivo. Esto requiere un enfoque distinto con respecto
a la enseñanza, en que los profesores observan y reflexionan tanto
sobre su propia práctica pedagógica como sobre la conducta de
aprendizaje de sus alumnos”.27
A primera vista, y sobre
todo desde la perspectiva de los profesores, estas ideas tienen mucho
sentido. El problema, que subyace a prácticamente todas las ideas y
tendencias progresistas, es que no se pueden implementar en sistemas
públicos. Más allá de la polémica intelectual o académica en
torno a las escuelas psicológicas (conductismo, psicoanálisis,
cognitivismo, etc.), cuando hablamos del sistema público estamos
hablando de masas de individuos, naciones, generaciones completas, y
esto debe determinar la decisión de las autoridades al decidir la
línea a seguir en todos los campos de acción. En el caso de la
educación publica, no se puede obviar el hecho de que los profesores
deben ser producidos en masa, que se van a enfrentar a cursos
numerosos de alumnos, niños y adolescentes, de estratos
socioeconómicos bajos, con niveles culturales, espíritu de esfuerzo
y disciplina muy mermados. Tener una metodología científica, clara,
precisa y efectiva es la única esperanza de lograr algún progreso
en AL2, por lo menos en la educación pública
“(…)
casi cualquier método tiene éxito si los clientes están dispuestos
a pagar altos precios por clases pequeñas atención individual y
estudio intensivo. El método directo no funcionó en la educación
pública, donde las limitaciones de presupuesto, tamaño de clase,
tiempo, y preparación de los profesores impidieron su
implementación”.28
La diferencia esencial entre la educación
pública y la privada tiene que ver con recursos, políticas y
métodos. El método se determina por el tipo de educación: la
educación pública es masiva y por lo tanto no se pueden implementar
métodos progresistas.
“Hay
un número de factores en la situación de la sala de clase que
pueden militar contra los profesores que siguen las políticas
nacionales. Las clases grandes son comunes en muchas partes del mundo
(…) y los profesores creen que esto hace difícil o imposible
aplicar la enseñanza centrada en el alumno porque, por ejemplo, no
pueden supervisar de cerca el uso de la lengua por parte de los
estudiantes (…) o implementar el trabajo en grupo o en parejas (…)
También se han señalado problemas de control y disciplina en
relación con la enseñanza centrada en el alumno en clases de gran
tamaño (…). La armonización de la sala de clase [es visto por
algunos profesores] como particularmente desafiante durante las
clases de inglés debido a la manera en que se espera que enseñen.
(…) hay una tensión entre la necesidad de satisfacer las
expectativas locales de salas de clase calladas y ordenadas y la
necesidad de realizar tareas orales en inglés, posiblemente en
clases grandes”.29
Como hemos visto, la
información que los estudios e investigaciones en el campo
científico del funcionamiento del cerebro humano tiene una
importancia trascendental para entender el fenómeno del aprendizaje
y en consecuencia de AL2. El punto más importante es que ni AL ni
AL2 son procesos extraños a o separados del desarrollo cognitivo
general que subyace al aprendizaje y la maduración del individuo.
Estos descubrimientos y datos deben alimentar la teoría lingüística
y la metodología de AL2 si hay una verdadera intención por parte de
los académicos y las autoridades para lograr éxito en los niveles
de inglés o los programas de bilingüismo.
Si
la metodología no incorpora los descubrimientos de la neurociencia
AL2 solo puede producirse por factores individuales (tanto del alumno
como del profesor o ambos) o ambientales, familiares o
socio-culturales. En estos casos AL2 significa solo aprendizaje, sin
instrucción o con instrucción no apropiada.
En
cuanto al papel que juega la lingüística, podríamos decir que en
el tema del lenguaje siempre ha habido un divorcio histórico entre
el comportamiento común y el discurso académico. Como el lenguaje
es la fuente de la cultura, sobre todo a partir de la invención de
la escritura, hay un conflicto permanente en torno al control de la
cultura, quién determina la forma en que la sociedad describe el
mundo.
“El
estudioso de la edad media veía en el latín clásico la forma
normal lógica del habla humana. En los tiempos modernos esta
doctrina llevó a redactar las gramáticas
generales, que demostraban que
la estructura de distintos lenguajes, y especialmente del latín,
encarnaban cánones lógicos universalmente validos. (…) aún se
expresa en nuestra tradición educacional que busca aplicar
estándares lógicos al lenguaje. Los filósofos, hasta hoy, a veces
buscan las verdades del universo en las que no son nada más que
características formales de uno u otro idioma. (…) un desarrollo
infortunado de la idea de la gramática general fue la creencia de
que el experto en gramática (…) fortalecido por sus poderes de
razonamiento, puede determinar la base lógica del lenguaje y
prescribir cómo la gente tiene que hablar. En el siglo dieciocho, la
propagación de la educación llevó a muchos hablantes de dialectos
a aprender las formas del habla de las clases altas. Esto les dio a
los “autoritarios” su oportunidad. Escribieron gramáticas
normativas,
en las que ignoraban el uso real en favor de nociones especulativas.
Tanto la creencia en la “autoridad” como algunas de sus reglas
fantasiosas (como por ejemplo acerca del uso de “shall”
y “will”)
aún prevalecen en nuestras escuelas”.30
1
Myers-Scotton, C., op. cit., p.327
2
Krashen, S. (1981). Second Language
Acquisition and Second Language Learning.
Oxford: Pergamon Press Inc. p.3
3
Richards, J. & Renandya, W. (2002). Methodology
in Language Teaching: An Anthology of Current Practice.
New York: Cambridge University Press. p.9
4
Richards, J. & Renandya, W., op. cit., p.10
5
Richards, J. & Renandya, W., op. cit., p.10
6
Richards, J. & Renandya, W., op. cit., p.22
7
Brown, H. (2000). Teaching by
Principles. Harlow: Longman., p.33
8
Richards, J. (2006). Communicative
Language Teaching Today. New York:
Cambridge University Press., p.5
9
Richards, J. & Renandya, W., op. cit., p.93
10
Id., p.94
11
Lewis, M., op. cit., p.90
12
Lewis, M., op. cit., p.23
13
Larsen-Freeman, D. (2000). Techniques
and Principles in Language Teaching.
Shanghai: Oxford University Press. p.47
14
Richards, J., Renandya, W., op. cit., p.20
15
http://dictionary.cambridge.org/dictionary/british/drill_2,
revisado el 2 de noviembre de 2012.
16
http://www.merriam-webster.com/dictionary/drill,
revisado el 2 de noviembre de 2012.
17
Nunan, D. (1991). Language Teaching
Methodology: A Textbook for Teachers.
New Jersey: Prentice Hall. p.230
18
Nunan, D., op. cit., p.231
19
Richards, J., op. cit., p.6
20
Kerr, P. (2000). Minimal resources: Drilling (en línea). Macmillan
Publishers Ltd. Disponible en
http://www.onestopenglish.com/support/minimal-resources/vocabulary/minimal-resources-drilling/146558.article,
revisado el 2 de noviembre de 2012.
21
Swan, M. (1985). A Critical Look at the Communicative Approach (2).
ELT Journal,
39/2: 76-87. p.77
22
Krashen, S., op. cit., p.1
23
Garton, S., Copland, F., Burns, A. (2011). Investigating
Global Practices in Teaching English to Young Learners.
London: British Council. p.5-6
24
Richards, J. (1990). The Language
Teaching Matrix Curriculum, Methodology, and Materials.
New York: Cambridge University Press. p.36
25
Richards, J., op. cit., p.36
26
Id., p.36
27
Richards, J., op. cit., p.36
28
Brown, H., op. cit., p.22
29
Garton, S., Copland, F., Burns, A., op. cit., p.7
30
Bloomfield L. (1933). Language And
Linguistics. London: George Allen &
Unwin Ltd. p.7
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